Una
situación didáctica se puede definir como el un conjunto de relaciones entre un alumno, el entorno
(que puede incluir instrumentos o materiales) y el profesor las cuales se
aplican en los elementos de una planificación que infieren para lograr un
aprendizaje significativo, esto significa que las relaciones que generalmente
se llevan a cabo dentro del aula y fuera de ella permiten al docente integrar
su planificación a las necesidades que los alumnos o alumnas requieren para
reafirmar o adquirir un conocimiento o aprendizaje; nos permite que por medio
de trabajos colaborativos generando socialización integra a los alumnos a
resolver distintas situaciones problema que conllevan a reflexionar y aprender
adaptándose a los ambientes, escenarios reales a los que se enfrenta el
individuo en la vida cotidiana, esto conlleva a la obtención de los logros y
objetivos que se tienen sobre el aprendizaje de los alumnos.
Para favorecer a una situación didáctica es
necesario el aprovechamiento de los materiales del entorno y
de materiales ya elaborados, así como las
actividades espontáneas de los niños (el juego libre, la exploración del
entorno). Las actividades estructuradas (armar rompecabezas,
construir cuerpos o figuras, actuar con objetos contables y medibles) y lo más
importante las actitudes del docente para favorecer la creación de
oportunidades para el diálogo, la revisión colectiva de procedimientos y
resultados, y la elaboración de explicaciones por parte de los niños.
Una situación didáctica
permite la movilización de saberes las cuales se manifiestan tanto en
situaciones comunes como complejas de la vida diaria y ayuda a visualizar un
problema, poner en práctica los conocimientos pertinentes para resolverlo,
reestructurarlos en función de la situación, así como prever lo que hace falta.